Laura Casabuena se prepara para disputar sus primeros Juegos Olímpicos. La gimnasta alcoyana fue la última en confirmar su clasificación para la representación de gimnastas nacionales. Con tan solo 18 años, Casabuena será una de las diez atletas españolas más jóvenes que competirá en París 2024.
Tenía tan solo 6 años cuando Laura Casabuena contemplaba los Juegos Olímpicos por la televisión de la casa en su Alcoy natal. A su lado, su hermana Lucía de dos años, daba sus primeros pasos entre pañales sin saber que ambas abrazarían a lagimnasia artística como filosofía de vida.
Londres 2012 sembró en Laura una curiosidad que, con los años, se convertiría en una pasión. Fueron aquellas olimpiadas las que marcaron un antes y un después en su futuro deportivo, ya que en ese mismo momento decidió que quería probar la gimnasia artística. Ya desde temprana edad, la mayor de las hermanas Casabuena comenzaba a tomar decisiones que, sin saberlo, le marcarían de por vida.
En ese instante, transmitió a sus padres Paloma y Óscar su interés en practicar este deporte. Y allí comenzó a forjar su historia junto a la barra, las paralelas, el salto y el suelo. Laura Casabuena se puso el maillot de la ilusión y empezó a soñar a lo grande.
Tras los buenos resultados cosechados en el Club Gimnástica Artística Alcoi «El Pastoret», dio el salto al Centro de Alto Rendimiento en Madrid. Una decisión que significaba elevar las alas de su nido para emprender vuelo a lo más alto de lagimnasia nacional. Un vuelo que prolongó su altura hacia lo más alto del deporte mundial: los Juegos Olímpicos.
Eres una de las deportistas más jóvenes en la delegación española, ¿qué significa ser olímpica con 18 años?
Yo creo que cada vez que va pasando el tiempo soy más consciente. Cuando conseguí la clasificación, no lo asimilaba. Pero ahora me paro a pensar y, poco a poco, me voy dando cuenta.
¿Cómo ha sido ese sprint final en busca de la clasificación?
Yo estaba bastante tranquila porque he competido sabiendo que era un poco difícil. El primer día de la clasificación pasó lo que tenía que pasar, es decir, las que iban por delante de mí fallaron, entonces pasé al primer puesto. A partir de ahí, fui más tranquila a la final porque ya era más fácil conseguir ir una vez clasificada a la final, donde logré la quinta plaza en la barra de equilibrios de la Copa del Mundo de Doha.